«…No es fácil llegar a este punto, créeme, yo sé. Pero empieza con las cosas más simples…«
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Cuando el año está por terminar, no podemos evitar pensar en todo lo malo que nos ha pasado, y pedimos a Dios y al universo, que el nuevo año venga sólo con cosas buenas. Esa al menos siempre fue mi forma de pensar, hasta que tuve un despertar espiritual que cambió mi forma de ver la vida: Estoy infinitamente agradecida por todo lo bueno que nos ha pasado, pero sobretodo, por todo lo “malo” que nos pasó el año anterior.
A veces nosotros pasamos tantas horas al día lamentándonos por las cosas malas que nos suceden, por la gente negativa que nos hace daño, y por la “mala suerte” que nos acecha, que no nos detenemos a pensar en todas las oportunidades que estas circunstancias nos ponen al frente.
Yo vivía sufriendo por muchas circunstancias; cuando se presentaba un problema en mi vida, enseguida venía otro, y luego otro. Y claro, yo empezaba a ahogarme en un vaso de agua. Empezaba a sufrir y complicarme la vida. Los problemas variaban desde conflictos familiares, hasta problemas de trabajo y dinero.
Cuando entras en ese estado negativo nadie te puede sacar de ahí, ni la persona que amas, ni tu mejor amigo o amiga, ni el amor de tus hijos, nadie. La única persona que puede salir de ese conflicto interno, eres tú.
¿Pero, cómo?
Tienes que ver esos problemas de otra manera. Tienes que verlos como oportunidades de cambio en tu vida. Piensa que el universo pone estas trabas en tu vida para que reacciones y tomes otro camino, para que te arriesgues a tomar decisiones de vida, para que te alejes de aquella persona que te hace mucho daño (por ejemplo), y tomes un rumbo que te lleve a conocer personas nuevas que te llenen de buena energía, que te transmitan paz.
No es fácil llegar a este punto, créeme, yo sé. Pero empieza con las cosas más simples. Yo empecé alejándome de las personas que me hacían mucho daño, irónicamente algunos eran parientes de sangre, pero no de alma. Uno piensa que, porque son parientes de sangre, tienes que aguantar todo tipo de insultos, rumores, pésima energía. ¡Pero resulta que no ha sido así! Tú tienes todo el derecho de alejar de tu vida a las personas que te hacen daño. No las trates mal, no las insultes, no las odies, sólo deséales lo mejor desde tu corazón, y aléjate, nada más. La clave es hacerlo sin resentimientos, con amor.
Aleja cualquier sentimiento negativo que tengas en tu corazón. No odies a nadie, sigue amándolos, pero aléjate. Aprende a distanciarte de la gente negativa, porque esas malas vibras representan la mitad de tus problemas internos.
A partir de ahí, tu vida empieza a cambiar porque te sientes más liviano, más libre, más en paz.
Todas estas circunstancias y despertares son parte de un proceso que aún continúa… Nunca faltarán las personas negativas, nunca faltarán los imprevistos, ni la falta de dinero en algún momento. Pero si vives en el ahora, en el presente, vas a ser mucho más feliz.
No sé si lo que acabé de escribir te ayude en estos momentos, ¡espero que sí! Escribir esto ha sido parte de mi proceso de sanación… Cada persona tiene diferentes niveles de problemas; yo entiendo eso, y deseo desde el fondo de mi corazón, que encuentres tu camino.
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Mi terapia es escribir. Me desahogo escribiendo sobre la vida, mis aficiones, aprendizajes, bienestar, historias, libros y recetas. También me hace feliz conectarme contigo.