“¿Por qué? ¿Por qué tenía que vivir con este hueco tan grande en el corazón? ¿Así será mi vida ahora?”
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Octubre, 2005
Eran las 7 de la mañana y encendí el auto para calentar el motor. Al hacerlo, agarré fuertemente el volante y fruncí el rostro. Otra vez tenía que conducir hasta el trabajo. Lo odiaba. Dos días atrás, rocé a otro auto en una avenida. Yo era una conductora novata y sentía que eso no era para mí.
Mi mamá falleció, por eso mi papá me dio el auto que era de ella; me dijo que debía manejarlo yo, que ya era el momento. Pero yo no quería. A los dos días de manejarlo le pedí a mi papá que lo venda. Deseaba que se deshaga de ese auto. Pero él se negó, me dijo que yo lo lograría.
Sentada frente al volante sentí mucha ira y frustración, lo único que quería era que todo sea como antes; que mi mamá esté viva y maneje su auto. Quería ir al trabajo en bus como siempre, y al regresar a casa, abrir la puerta y encontrar a mi mamá esperándome, sentarnos a tomar café y conversar sobre nuestro día.
De adolescente mi sueño era tener mi propio auto; pero no así, no de esta manera. Yo no tengo derecho de estar aquí sentada.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que vivir con este hueco tan grande en el corazón? ¿Así será mi vida ahora?
Una vida en la que mi mamá no está presente, simplemente no es vida.
Quizá lo mejor sea sacar este auto, manejar a toda velocidad y volar a los brazos de mi mamá… Pero, al morir ¿la podré ver? Aunque no la vea, a donde vaya, seguro dejaré de sentir este dolor tan grande. Eso es, no quiero sentir nada.
De pronto, empezó a sonar una canción en la radio y empezó con esta frase:
Cuando intentas lo mejor que puedes, pero no tienes éxito
Cuando obtienes lo que quieres, pero no lo que necesitas
Cuando te sientes agotado, pero no puedes dormir
Atascado en reversa…
Todos mis pensamientos pararon y mi mente absorbió cada palabra de esa canción; y mientras lo hacía, chorros de lágrimas salían de mis ojos sin parar y en absoluto silencio. La parte final fue la que más me llegó, sentí que mi corazón iba a explotar…
Lágrimas bajan como un torrente por tu rostro
Cuando pierdes algo que no puedes reemplazar
Lágrimas bajan como un torrente por tu rostro, y yo
Lágrimas bajan como un torrente por tu rostro
Te prometo que aprenderé de mis errores
Lágrimas bajan como un torrente por tu rostro, y yo
Luces te guiarán a casa
Y encenderán tus huesos
Y yo trataré de curarte.
Lloré mucho, lloré con con lamento por un buen rato.
Pedí perdón a mi mamá por tener pensamientos tan horribles, y le prometí que daría lo mejor de mí para salir adelante.
Por medio de esa canción, sentí que mi mamá me estaba enviando un mensaje. Sentí que fue una señal.
Nunca, nunca voy a olvidar ese momento.
Eso es lo que significa “Fix You” para mí. Ninguna canción tiene ese nivel de poder sobre mi alma. Cada vez que la escucho, automáticamente me salen lágrimas de dolor, pero también de consuelo.
Desde el fondo de mi corazón, estoy muy agradecida con Coldplay por haber creado una canción que me llegó al alma y me sacó de un momento de profunda oscuridad.
Epílogo
Decidí escribir esta historia que viví hace 15 años, porque se me hizo la piel de gallina al escuchar el cover de “Fix You” cantada por BTS en su Unplugged de MTV.
Los chicos contaron que “Fix You” les ayudó a afrontar momentos difíciles. Al escuchar eso me di cuenta que la canción tuvo un efecto increíble en muchísimas personas a lo largo de los años y eso me emocionó mucho.
A mí me encanta BTS, así que recibí la canción con alegría, como fan de Coldplay desde el 2002 y BTS ARMY desde el 2020 que soy.
Su cover resultó precioso, me llenó de emoción y me hizo llorar. Que haya logrado ese efecto en mí, es prueba del corazón y energía que pusieron los chicos al cantarla y de lo hermoso que sonó.
Si esta canción tiene un significado especial para ti, me encantaría leer tu historia.
Un abrazo,
MJ
Otras historias:
Mi terapia es escribir. Me desahogo escribiendo sobre la vida, mis aficiones, aprendizajes, bienestar, historias, libros y recetas. También me hace feliz conectarme contigo.