«Hay algo que sí es seguro, tu no serás el mismo cuando todo esto termine, y definitivamente nosotros tampoco, nadie«.
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Querido Planeta,
Hoy se cumplen 2 semanas de cuarentena en nuestra casa. Como testigo mudo de esta crisis mundial, me pregunto cómo te sientes este momento… Probablemente aliviado porque estás sanando, pero también preocupado porque puedes sentir el miedo y la incertidumbre de millones de personas; esa energía pesada que flota en el ambiente debe ser sobrecogedora para ti también. Así que probablemente te estás preguntando, ¿por qué no puede haber un balance?
Eso es exactamente lo que también me he estado preguntando.
Aquí en casa me siento segura, mi hijo de 9 años y esposo están aquí conmigo así que me considero afortunada. Mi esposo sale una vez a la semana a comprar comida. Se pone un overol industrial, un pañuelo en la cabeza, una máscara y guantes. Apenas llega a casa, se quita toda esa ropa y la deja afuera, incluyendo sus zapatos; además desinfecta todas las compras que trae y luego se mete a la ducha. Nosotros miramos sus movimientos a distancia, con la esperanza de que no traiga el virus con él, y después de todo el proceso, continuamos con nuestra vida en cuarentena.
Dentro de nuestra casa todo está bien. Tenemos agua, electricidad, gas y productos básicos, lo cual es genial. Por el momento podemos comprar los alimentos básicos, pero llegaremos a un punto en que no podremos hacerlo. Mi esposo trabaja de forma independiente dando servicios de ingeniería; si el no sale a trabajar, el dinero no entra. Por tanto, la incertidumbre crece día a día.
Hay algo que sí es seguro, tu no serás el mismo cuando todo esto termine, y definitivamente nosotros tampoco, nadie.
Fuera de casa todo parece que se está derrumbando. Los Gobiernos no saben qué hacer, los hospitales no están preparados para tantas personas infectadas; incluso algunos de los países más poderosos del mundo no están preparados para lo que viene. De hecho, parece que nadie estaba preparado para una crisis pandémica. Es irónico, todos esos países comprando y produciendo armas, pero ninguno creó un plan de contingencia ni protocolos para pandemias.
En casa, leer acerca de lo que pasa a nivel local y mundial es un hábito diario, ¡no había visto noticias en años! Mi esposo siempre era el encargado de verlas y me contaba las noticias relevantes, pero ahora yo también estoy en eso. Los dos conversamos mucho sobre lo que está pasando y cómo podría el mundo levantarse luego de esto, incluyendo nosotros.
Tratamos de mantenernos ocupados, nuestro hijo tiene clases en línea y tareas, tiene tiempo de lectura, clases de idiomas conmigo; hacemos diferentes actividades, dependiendo de qué tenemos ganas de hacer para divertirnos, y también tiene un tiempo para jugar Fortnite donde se conecta con sus amigos de la escuela. El Wi-Fi va y viene, la señal es terrible porque obvio, todo el mundo está conectado, así que tratamos de no usarlo mucho.
Mi esposo lee, y estudia nuevos temas sobre su campo. Hace ejercicios todas las mañanas dentro de casa, y cocina el almuerzo todos los días.
Yo estoy leyendo y escribiendo mucho también. Ya sabes… Haciendo cosas que no tenía tiempo de hacer. Además, las tareas de la casa que nunca terminan, ni las actividades con mi hijo. También he tenido tiempo de probar nuevas recetas de repostería, antes nunca tenía tiempo así que estoy probando recetas sencillas, con ingredientes básicos que tengo en mi cocina.
Lo que sí he notado es que hemos empezado a sentir los estragos de estar encerrados. Especialmente mi hijo. Hace dos días se enojó conmigo porque le pedí que haga un poco más de su tarea de música; empezó a gritar y luego de un momento a llorar. Me asusté mucho porque ese no es su comportamiento habitual. Cuando se calmó, me dijo que quiere volver a la escuela, que quiere ver a sus amigos y tener clases normales. Me sentí horrible… No me imaginé que este cambio le iba a afectar tanto. Al final del día, a pesar del encuentro en línea con sus amigos, se siente atrapado.
Aunque algunos digan que debemos tener a nuestros hijos distraídos, pienso que ellos también deben estar al tanto de la situación (claro que nada de imágenes, una versión acorde a su edad). Después de todo, ellos siempre recordarán aquella época en la que no pudieron ir a la escuela. Además, si están al tanto de esta pandemia y los errores que estamos cometiendo, definitivamente tratarán de hacerlo mejor en el futuro, ¿no lo crees Planeta?
Por otro lado, hay miles de personas que no tienen hogar, otros viven en cuartos pequeños con varias personas, otros trabajan vendiendo en la calle y ganan el día a día vendiendo comida, bebidas… Para ellos la situación es realmente trágica, como seguramente habrás visto.
Para rematar, como el virus no es mortal (la tasa de muerte es del 1%), miles de personas no toman enserio la cuarentena y están propagando el virus, causando la muerte de miles de personas. De hecho, estos últimos días, bebés han muerto, gente en sus 20s, 30s y 40s han muerto, todos por COVID-19, lo que prueba que este virus puede matar a cualquiera.
Esta mañana nos enteramos que dos enfermeras se suicidaron en Italia, eso realmente me aterró, no tienes idea. No puedo imaginar cómo los doctores y enfermeras se están sintiendo este momento… Deben estar agotados, devastados, asustados, y psicológicamente inestables. Tú sabes que no hay suficientes hospitales en el mundo para atender a tantos infectados si la gente no se mantiene en casa…
Mientras los días se vuelven más y más lentos, solo podemos esperar que la gente se quede en sus casas para evitar esparcir el virus; que los Gobiernos tomen decisiones acertadas; y que los científicos encuentren una vacuna lo más pronto posible.
Estoy feliz de que sientas mejor, espero que pronto dejes de sentir esas pesadas vibras alrededor del mundo. ¡Imagina que increíble sería si después de esta crisis, la gente encuentre la forma de mantenerte sano!
Te escribiré de nuevo en un par de semanas, tengo curiosidad de cómo estará mi mente para entonces, y también de cómo estará el mundo.
Xoxo,
MJ
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Mi terapia es escribir. Me desahogo escribiendo sobre la vida, mis aficiones, aprendizajes, bienestar, historias, libros y recetas. También me hace feliz conectarme contigo.